Una falla geológica es un plano de fractura presente en las rocas y, que por efecto de fuerzas ligadas al movimiento de placas tectónicas, puede deslizarse y generar terremotos. Sin embargo, por lo general, la sismicidad en Chile está fuertemente dominada por procesos de generación de sismo en el contacto entre las placas, conocidos como de subducción– y con poca ocurrencia de sismos de baja profundidad como los ocurridos recientemente en Farellones, en plena zona cordillerana de la Región Metropolitana.
En un periodo de tres días se registraron 14 temblores a muy baja profundidad, el de más alta intensidad ocurrió el sábado a las 7.11 de la mañana, con una Mw de 4.8. Efectivamente, explica Gabriel González, el epicentro de este sismo ocurrió cerca de Farellones –entre 10 y 17 km de profundidad– y fue causado probablemente por el movimiento en una falla cortical.
Fallas geológicas
No se puede establecer una relación directa con la Falla de San Ramón, la más conocida en la Región Metropolitana, aseguran los expertos. “Esta seguidilla de sismos puede atribuirse al deslizamiento de otras fallas geológicas presentes en la cordillera. Esta conclusión se basa en los datos disponibles en el Servicio Geológico de los Estados Unidos y el Centro Sismológico Nacional”, asegura el geólogo y académico de la Universidad Católica del Norte.
De acuerdo Gabriel González, la Falla de San Ramón es una estructura geológica importante que recorre el pie de la Cordillera Principal al oriente de la ciudad de Santiago: “Es una falla de tipo inversa, complementa, generada por la compresión ligada a la convergencia entre las Placas de Nazca y la Placa Sudamericana. Es una falla de grandes dimensiones, cuyo plano de falla se orienta en sentido norte sur y se inclina hacia la cordillera. Según estudios realizados por geólogos de la Universidad de Chile, esta falla habría tenido un movimiento importante hace unos 8.000 años antes del presente”.
A juicio del especialista en terremotos de CIGIDEN, dado que el sismo más grande tuvo una magnitud muy baja, de 4.8, es altamente probable que no exista manifestación directa de la falla en la superficie de la Tierra. “Por lo tanto, agrega, puede tratarse de una de las múltiples fallas que existen en la cordillera. Lo importante es que da cuenta y reafirma la potencialidad de actividad sísmica de baja profundidad en la Cordillera Andina”.
El terremoto de Las Melosas
Este tipo de actividades ya ha ocurrido en esta parte de la Región Metropolitana, sostiene Gabriel González, un ejemplo de ello es el terremoto de Las Melosas en el 4 de septiembre de 1958, con una magnitud de 6.9 y que generó una intensidad X (en la Escala de Mercalli) en el área del epicentro. Se trató de tres sismos consecutivos con epicentro en la zona de Cajón del Maipo, los que alcanzaron magnitudes 6.9; 6.7; y 6.8.
El terremoto de Las Melosas, como son conocidos estos tres eventos principales, es de los pocos sismos superficiales registrados en la historia sísmica de Chile, con magnitudes hipocentrales menores que 20 kilómetros. En efecto, antes de 1958 el país no tenía muchos antecedentes de sismicidad superficial, y hoy vuelven a estar presentes con los 14 sismos reportados en las cercanías de Farellones.