El terremoto 7.5 que sacudió la Isla Célebes, en Indonesia, generó un tsunami local que afectó dramáticamente la ciudad Palu en Indonesia oriental. Las agencias locales cifran las víctimas en más de 1.400 personas, sin contar con las decenas de desaparecidos que aún continúan buscando. Una de las explicaciones del elevado número de víctimas es la falla del sistema de transmisión de la alerta de tsunami.
Las autoridades decretaron una alerta de tsunami, la que 27 minutos después fue levantada, porque de acuerdo a las autoridades locales, el sismo no reunía las características de tsunami. Se trataba de un sismo ubicado en una falla de desagarre y con epicentro en tierra, lo que indujo a las autoridades a levantar la alerta de tsunami. Aquí hay varios elementos que deben analizarse, por una parte, existe la opinión generalizada que fallas de este tipo no generan tsunami y por otra la no existencia de un sistema local de anticipación de tsunami mediante sensores específicos.
Los sistemas de alerta de tsunami han sido diseñados para fallas del tipo de subducción como la que recorre la costa de Chile. Estas fallas generan tsunami ya que desplazan verticalmente varios metros el fondo marino y la columna de agua ubicada sobre ese fondo. Una falla de desgarre por lo general mueve el fondo marino de manera horizontal y, por lo tanto, no hay movimiento vertical asociado, esa es la opinión generalizada y de allí que los sistemas de alerta no están entrenados para este tipo de fenómenos. No obstante, es conocida en la comunidad geológica internacional, que fallas de desgarre producen movimientos verticales localizados, son estos los que pueden generar tsunamis locales.
Por otro lado, también debe considerarse procesos de remoción en masa, por desplome gravitacional del fondo marino. Por otro lado, y quizás lo más importante, las noticias dan cuenta que hubo una falla en la transmisión de la alerta hacia las personas, ausencia de sirenas, caída de la señal de teléfonos celulares y la no existencia de vías de evacuación y puntos seguros.
La ciudad de Palu de 350.000 habitantes está localizada sobre una falla sismogénica activa, conocida como Falla Palu-Koro. La geografía de las inmediaciones de la ciudad de Palu está moldeada por la actividad en el pasado de esta falla. Consiste un embaimiento, entrada de mar estrecha, de 31 km de largo por 6 km de ancho y una profundidad de 200 a 400 m del fondo marino. La forma es similar a la de un canal estrecho que penetra en sentido noroeste-sureste. Esta falla ha generado terremotos como el ocurrido recientemente. La ciudad de Paul está ubicada en la costa sur de esta bahía. Hay un rio principal que desagua desde las montañas que rodean a la ciudad. La presencia de la desembocadura de este río es otro elemento importante que debe considerarse para explicar la importante destrucción de edificios y casas.
Seguramente ha ocurrido un proceso generalizado de licuefacción – proceso de expulsión de agua y compactación debido al proceso de agitación sísmica–, debido a la presencia de suelos saturados en agua, lo que destruye la capacidad soportante del suelo produciendo el colapso de las construcciones.
Este terremoto en Indonesia deja una gran lección y preparación para eventos futuros. Los sistemas de alerta pueden fallar, o no responder adecuadamente, lo que si no debería fallar es el hecho que las personas aprendan a leer las señales de la naturaleza, si me encuentro en la orilla de la costa y ocurre un sismo y no me puedo mantener de pie, debo evacuar inmediatamente hacia una zona segura. Por lo tanto, es responsabilidad de las autoridades de mantener vías de evacuación y puntos de encuentros debidamente señalizados. Ejercicios de entrenamiento periódicos son fundamentales para el entrenamiento de las personas.
Gabriel González, doctor en geología de la Universidad Católica del Norte y subdirector del Centro de investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres, CIGIDEN.