El investigador de la línea 2 de CIGIDEN, Rafael Aránguiz, participó en el seminario “Ocean and Resources Engineering Seminar” celebrado en la Universidad de Hawaii. La ponencia presentada por el académico de la U. de la Santísima Concepción, titulada “Terremotos y tsunamis en Chile, y otras amenazas naturales” (Earthquakes and Tsunamis in Chile, and Other Natural Hazards), trató del caso chileno en torno a los desastres naturales. “Estuve tres semanas en la Universidad de Hawaii trabajando con Yoshiki Yamazaki, que es quien desarrolló el código NEOWAVE para simular tsunamis. Este código lo hemos usado en algunas de las publicaciones científicas del CIGIDEN donde simulamos los eventos de Iquique 2014 y Coquimbo 2015”; explica Aránguiz.
El proyecto apoyado por CONYCIT y FONDECYT partió como un estudio del comportamiento del tsunami que afectó a las costas japonesas en 2011. La onda expansiva llegó hasta Chile, particularmente a la bahía de Coliumo, donde se generaron olas de hasta 4 metros. El profesor Aránguiz fue el encargado de preparar una exposición al respecto para alumnos de postgrado y profesores del Departamento de Geofísica de la Universidad norteamericanas.
En lo personal, el académico piensa que Hawaii es un destino rico desde el punto de vista científico: “pude visitar la ciudad de Hilo en la Isla grande de Hawaii. Esta ciudad cuenta con un museo del tsunami donde se puede aprender más sobre los eventos que han afectado la isla y que se han generado tanto en Chile como en Japón y Alaska. Hay modelos físicos a escala donde uno puede generar un tsunami y entender de mejor manera el fenómeno. Hilo tiene también un gran parque que fue creado en la zona de inundación del tsunami de Chile de 1960”.
Según Aranguiz, es esencial abordar este tipo de fenómenos desde un punto de vista multidisciplinario. Además, es positivo difundir la información a nivel latinoamericano y generar instancias para que estudiantes extranjeros visiten nuestro país y estudien el caso chileno. El experto cree que Chile debe posicionarse como un líder a nivel mundial en temas de resilencia: “es importante aprender las lecciones que nos deja la historia y proyectarnos hacia el futuro como sociedad resiliente, repensando nuestras ciudades y siendo un polo de desarrollo de investigación en desastres naturales”.