Los caminos rurales juegan un rol crucial en el desarrollo económico y social de las comunidades, conectándolas con los centros de educación, los servicios de salud y abastecimiento. No obstante, los desastres socionaturales pueden interrumpir temporal o permanentemente, el normal funcionamiento de la red de carreteras rurales y por lo tanto, la accesibilidad a bienes y servicios, además de generar consecuencias a nivel socioeconómico.
Expertos de la línea de investigación de CIGIDEN “Evaluación socioeconómica para la mitigación del riesgo de infraestructura crítica”, publicaron recientemente en la revista Sustainability el paper “Sustainable Risk Management of Rural Road Networks Exposed to Natural Hazards: Application to Volcanic Lahars in Chile», donde proponen un marco conceptual para la gestión del riesgo en redes viales, que incorpore la vulnerabilidad social como una dimensión relevante al momento de tomar decisiones de inversión que inciden en una mayor resiliencia de los caminos.
Los autores del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres CIGIDEN, Alondra Chamorro, Tomás Echaveguren, Eduardo Allen, Luis E. Lara y Marta Contreras, junto a los investigadores del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Clapes UC, Hernán de Solminihac y Joaquín Dagá, escogieron como caso de estudio la red vial que conecta las comunas de Villarrica y Pucón, en la región de La Araucanía. Esta red vial se caracteriza por estar expuesta a diferentes escenarios volcánicos y su población presenta una alta vulnerabilidad social.
“Uno de los puntos que investigamos para desarrollar el estudio fue incorporar la vulnerabilidad social que existe en el lugar, usando el índice SOVI (social vulnerability index) y contrastamos, zonas donde existía una mayor susceptibilidad a fallas de puentes por flujo de lahares volcánicos con aquellos territorios expuestos que presentan mayor vulnerabilidad social”, explicó la académica de la escuela de ingeniería UC e investigadora principal de CIGIDEN, Alondra Chamorro. Quién agrega, que el estudio propone un marco de gestión sostenible de riesgos para caminos rurales que da cuenta de la vulnerabilidad social de la población rural, la vulnerabilidad física de caminos rurales y el contexto ambiental en términos de amenazas naturales.
Escenarios volcánicos
Según el máster en Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Católica, Eduardo Allen, la selección del caso de estudio se debe a que previamente se habían trabajado en los modelos de amenaza volcánica y la fragilidad de la infraestructura frente a la misma. “Ya estaban desarrolladas las curvas de fragilidad para los puentes de la zona frente a la amenaza volcánica y, particularmente, frente al flujo de lahares, que son destructivos para la infraestructura vial”, señala el investigador. El ingeniero agrega, que como ya contaban con modelos desarrollados y calibrados, se pudo calcular cómo se vería afectada la red vial en su conjunto.
Una de las principales conclusiones del estudio indica que hay una relación directa entre la calidad de los datos y la correcta estimación del riesgo de un sistema frente a eventos naturales. “Para una correcta estimación de las consecuencias, es necesario tener calibrado modelos que representen las realidades locales en términos de la amenaza natural y de la fragilidad de los activos”, indicó Allen.
Probabilidades de colapso
Según este trabajo, a medida que crece la intensidad de la amenaza volcánica, también aumenta el flujo laharico y, por tanto, los tiempos esperados de viaje entre la comuna de Villarrica y Pucón. Esto, debido a que las probabilidades de colapso de los diferentes puentes de la zona se incrementa en relación a la intensidad de la amenaza. Además, el desvío de automóviles puede producir congestión en los caminos alternativos y un mayor tiempo de viaje.
Los resultados también demuestran que la población rural presenta un alto nivel de vulnerabilidad social y vive una lenta recuperación cuando se trata de una interrupción en la infraestructura vial. Por lo tanto, considerar la vulnerabilidad social bajo un enfoque de gestión de riesgos sustentable permitiría a las autoridades viales y municipios diseñar estrategias sostenibles de mitigación y recuperación.