Chile es uno de los países más golpeado por los desastres a nivel mundial, como da cuenta la estadística de pérdidas económicas entre los años 2000 y 2019. En ese periodo, el país perdió anualmente en promedio 0,8% del Producto Interno Bruto (PIB) debido a las consecuencias de los desastres. Estas cifras justifican largamente invertir en reducir el riesgo de desastres y aumentar la resiliencia, y así controlar esta enorme carga que se acumula año a año.
En último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de las Naciones Unidas, además, destaca que los desastres socionaturales han aumentado dramáticamente debido al cambio climático y se han quintuplicado en los últimos 50 años. “En Chile, en tanto, la tasa de ocurrencia de desastres por aluviones e inundaciones ha aumentado de manera vertiginosa, pasando de un evento cada 60 años durante la primera mitad del siglo XX, a en promedio más de un desastre por año entre 1986 y 2019. Algo similar se ha observado en relación a los impactos de marejadas, olas de calor e incendios”, asegura Rodrigo Cienfuegos, director de CIGIDEN y académico de Ingeniería UC.
De acuerdo, a la investigadora de CIGIDEN y académica de Geografía UC, Carolina Martínez, hoy ponemos el foco en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en la emergencia climática. “Se trata de una complejidad creciente que nos agobia y pone a prueba toda nuestra capacidad para trabajar desde la interdisciplina, mientras las transformaciones territoriales tienen un ritmo aún más rápido debido a modelos de desarrollo insostenibles”, añade la experta.
Planificación territorial
Esta nueva realidad climática, complementa el doctor Rodrigo Cienfuegos, hace indispensable realizar cambios profundos en la institucionalidad para poder integrar los mejores conocimientos y prácticas disponibles para enfrentar el cambio climático, potenciar procesos de adaptación y transformación, evaluar las vulnerabilidades subyacentes y los riesgos sistémicos para anticipar y mitigar desastres futuros en Chile.
Por eso, indica Gabriel González, subdirector de CIGIDEN y académico de Geología UCN, en CIGIDEN trabajamos en la Reducción del Riesgo de Desastres para que las amenazas naturales no se conviertan en desastres: “Como geólogos nos ocupamos de comprender los factores condiciones que determinan que una amenaza pueda materializarse y, al mismo tiempo, nos ocupamos de conocer los factores detonantes que hace que una amenaza se desencadene en un área susceptible de ocurrir”.
Potenciales escenarios
“En 2010 sabíamos mucho sobre terremotos, pero muy poco de tsunamis. Por eso a partir del terremoto del 27F, un grupo de investigadores con conocimientos en cómo se mueve el mar y las olas, comenzamos a investigar más sobre este fenómenos. Que nos permitiera conocer y entender los tsunamis, para estar mejor preparados y saber cómo reaccionar para el próximo evento. Esto es Gestión del Riesgo de Desastre (GRD), afirma el doctor en ingeniería USM.
Manuel Tironi, investigador CIGIDEN y académico de Sociología UC, complementa, que el trabajo desde las ciencias sociales en GRD permite tener una comunidad con mayor capacidad regenerativa y más conectada con sus territorios. “Por lo tanto, indica el sociólogo, mejor preparados desde sus propios conocimientos para enfrentar los desafíos del cambio climático, y con mayor poder para decidir sobre sus futuros diversos”.