Cosas tan simples como conocer a tus vecinos, realizar actividades en común, jugar con amigos de la comunidad donde vives o tener una organización básica en un condominio –lo que antiguamente era prácticamente natural–, hoy constituyen un factor protector frente a riesgo de desastres por amenazas naturales. explica el investigador Gonzalo Bacigalupe en esta interesante columna.