“Mapear el COVID-19 en Wallmapu implica ir más allá de los números de contagiados y explorar los efectos de la pandemia en sus diversas dimensiones”. Así describen los autores la investigación conjunta que realizó el colectivo de comunicación mapuche Mapuexpress e investigadoras de CIGIDEN, que permitió elaborar un documento llamado “Descolonizando la pandemia en territorio mapuche: mapeando el coronavirus en el Wallmapu”.
Se trata de una cartografía participativa en línea que permitió describir cómo ha impacto la pandemia en territorio mapuche. “En este informe se discuten los alcances de la pandemia en territorio mapuche, se examinan los resultados preliminares del proyecto después de dos meses de operación, resaltando un caso de estudio en particular en la localidad de Tirúa –territorio lafkenche, en la región del Biobío– y se anticipan algunos acontecimientos futuros”, dicen los autores en el informe.
De acuerdo a los autores de Mapuexpress, en la actualidad no existen datos confiables sobre la incidencia de COVID-19 en la población indígena. Además, es difícil que las estadísticas convencionales capten cómo la pandemia interactúa con las prácticas culturales locales, los conflictos políticos en curso y los proyectos extractivistas. “En un contexto de tensiones y conflictos entre el Estado y las comunidades indígenas, es esencial que personas pertenecientes a pueblos indígenas participen y lideren el proceso mediante el cual se conozcan sus territorios y comunidades”, aseguran.
Mapeo en territorio mapuche
Para realizar el mapeo en el territorio mapuche, se ideó una tipología inicial de hechos y sucesos a ser sistematizados participativamente, respecto a cómo las comunidades están reaccionando frente a la pandemia. Se idearon siete categorías o tipos diferenciados: control territorial, defensa espiritual, soberanía alimentaria, patrimonio sanitario ancestral, violencia política, necesidades y solidaridad territorial, y avance extractivista. Las categorías, cuyos logotipos fueron creados por el diseñador Sergio lacobelli.
Los resultados preliminares de este proyecto, indica la antropóloga e investigadora CIGIDEN Sarah Kelly, los 46 eventos registrados en la plataforma, se concentran en las regiones de La Araucanía (20), Los Ríos (9) y el Biobío (6). Entre estos, 16 fueron categorizados como casos de violencia política, ocho de control territorial, seis de patrimonio sanitario ancestral, cinco de avance extractivista, cuatro de defensa espiritual y tres de soberanía alimentaria.
“Las desigualdades históricas se suelen acentuar bajo el pretexto de proteger a la población, la clase dirigente se mantiene en el poder y la élite ha optado por vulnerar los derechos del pueblo Mapuche, lo que se revela en la entrada de proyectos masivos de extractivismo”, manifestó el periodista de Mapuexpress José Luis Vargas, durante el lanzamiento del documento realizado a principios de diciembre.
Conectividad y tecnología
Según la investigadora CIGIDEN, Valentina Carraro, se Idearon tipologías de hechos y eventos y, por cada categoría, preparamos una breve explicación y un logotipo: “Aunque las categorías son amplias y complejas nos esforzamos en caracterizarlas de forma intuitiva. Una de las mayores dificultades del proyecto ha sido lograr un buen nivel de participación, lo que se debe en parte a la falta de conectividad y familiaridad con este tipo de tecnologías”, expresó.
La investigadora CIGIDEN, Sarah Kelly, en tanto, puntualizó que, aunque el mapa nos muestra puntos de conflicto, también muestra la colaboración y un alto nivel de organización y autocuidado de las comunidades en torno a la salud y la comida. En este sentido, la dirigente mapuche de Tirúa, Mónica Ñeguey, asegura que la principal medida que tomaron como comunidad fue proveerse de sus propios alimentos y crear barreras sanitarias, “aunque para el Gobierno éstas fuesen ilegales”.
Para el alcalde de Tirúa, Adolfo Millabur, en tanto, la pandemia llegó en un momento en el Gobierno estaba muy debilitado ante la sociedad civil y, además, tuvo que enfrentar una emergencia desconocida.“Las autoridades llegaron tarde y con políticas improvisadas”, aseguró. El edil agregó que los alcaldes reclamamos que debíamos ser nosotros quienes debíamos hacer la trazabilidad de los contagiados, por los que construimos un método sin permiso de la autoridad sanitaria donde encapsulamos a la familia, pero dejábamos en evidencia donde estaba el foco de contagio.
Control territorial
El dirigente de la comunidad Maihue Puelwillimapu “Oscar Quintu”, refuerza la idea de que el trabajo colectivo para enfrentar al coronavirus “nos permitió volver a ser comunidad”, pero asegura que uno de los desafíos más grandes es el económico, ya que hay que olvidarse del turismo y volver a vivir con era antes y sembrar. En su zona se estableció una barrera sanitaria por seis meses y con turnos de varias horas por hombres y mujeres, las que además eran asistidas por la población que les proporcionaba alimento y calefacción para soportar las horas de guardia en los caminos cordilleranos durante otoño e invierno.
Al respecto, el académico de la Universidad Católica de Valparaíso, Pablo Mansilla, destacó la importancia de que la realidad registrada por este proyecto no quede únicamente contenida en el sitio web, sino que sirva para visibilizar cómo debieran ser las políticas públicas que ayuden al Wallmapu. Natalia Caniguan del Instituto de Estudios Indígenas de la Universidad de la Frontera afirmó, por su parte, “que las prácticas locales dan cuenta de cómo podrían ser las políticas públicas” y que el conocimiento mapuche podría complementar y enriquecer el conocimiento occidental, junto con resaltar que la unión de las comunidades “gatilla formas de respuesta a este tipo de situaciones de catástrofe”.