«Del miedo al terremoto al miedo a los otros», es el libro de la antropóloga Andrea Roca –que aborda una recopilación descriptiva del escenario social post desastre – y el nombre de la charla, que la investigadora realizó en la PUC, invitada por CIGIDEN.
“El terremoto en Concepción en 2010 no solo afectó a Chile en lo estructural, las dimensiones sociales y culturales del desastre fueron múltiples”,“los saqueos del terremoto de Concepción, eran entendidos como un terremoto social. Esa expresión dio pie a títulos de libros, seminarios y charlas”, aseguró la antropóloga y doctora en Sociología de la Universidad de São Paulo, l Andrea Roca, durante la charla, organizada por CIGIDEN en la Facultad de Ciencias Sociales de la UC.
La antropóloga basó su presentación en su tesis doctoral de sociología que luego convirtió en el libro Del miedo al terremoto al miedo en los otros, donde recogió la memoria oral de los habitantes de Concepción para reconstruir el escenario de los discursos de los saqueos post terremoto, que provocaron un severo conflicto social en la zona.
La investigadora utilizó para su estudio una encuesta, realizada por la Universidad Católica de la Santísima Concepción a un mes del terremoto, que incluyó preguntas a la población como por ejemplo, ¿qué ha sido lo peor de estos últimos 30 días? Los resultados arrojaron reveladoras cifras que evidencian la magnitud del conflicto. Solo un 18,8% indicó que lo peor fue el terremoto, otro 12,5% apuntó al maremoto, mientras que un 26,3% de las personas distinguían como lo peor los saqueos.
Para Andrea Roca, la explicación fundamental para entender estas cifras está en el testimonio de Lorena, una de las entrevistadas en la investigación y cuyo relato se convertiría luego en el título del libro: “Ya no tenía miedo a los temblores… ¡le tenía miedo la gente! ¡A que la gente te hiciera daño! O sea, lo que no te hizo el terremoto ¡que te lo hiciera la gente!”. A través de este relato se configura el escenario del caos post terremoto, donde el miedo al saqueo se instala en el imaginario colectivo.
Si bien fue real el saqueo de algunos supermercados y locales comerciales –algunos de ellos transmitidos en directo por canales de televisión–, no existe registros ni denuncias formales por hordas de personas saqueando residencias. El rumor de los inminentes robos a las casas configuró la sicosis colectiva que mantuvo a muchos habitantes de la capital penquista custodiando casas y poblaciones. «El miedo de las personas a los saqueos fue construido por por el boca a boca e intensificado por los medios de comunicación» aseguró la investigadora.