Chile cuenta con una red vial de aproximadamente 85 mil kilómetros de norte a sur, infraestructura crítica que suele ser afectada por amenazas naturales como terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas, y aluviones, entre otros. Solo en 2010, después del terremoto del Maule conocido como 27F, el Ministerio de Obras Públicas tuvo que invertir 118.200 millones de pesos por conceptos de obras de emergencias y reconstrucción de red vial, lo que evidencia la urgencia de incorporar la gestión del riesgo en el Manuel de Carreteras de Chile actualmente vigente en el país.
Un estudio diagnóstico realizado por los investigadores de CIGIDEN, Tomas Echaveguren y Alondra Chamorro –académicos de la Universidad de Concepción e Escuela de Ingeniería UC, respectivamente–, llamado “Análisis y recomendaciones para integrar la gestión de riesgos en el Manual de Carreteras de Chile”, permitió identificar los aspectos claves en la gestión del riesgo para estructuras críticas en el país.
Clasificación de daños
El estudio constó de tres etapas. El primero fue el diagnóstico del Manual de Carreteras de Chile, identificando aquellos contenidos que tienen relación directa o indirecta con la gestión del riesgos. Luego se realizó una encuesta de funcionarios de la División de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, para evaluar desde la perspectiva de los funcionarios, la identificación de amenazas; clasificación de daños, reporte de daños; tratamiento del riesgo y cómo integrar un sistema de gestión del riesgo en el manual. Finalmente, se realizaron talleres para obtener las barreras, estrategias y oportunidades para integrar la gestión de riesgos en los diferentes volúmenes del manual de carreteras.
El experto de la Universidad de Concepción, realizó la presentación de los resultados esta semana en el Ministerio de Obras Públicas, donde realizó una serie de recomendaciones: como un nuevo volumen del Manual de Carreteras que estructure la aplicación práctica de un Sistema de Gestión de Riesgos para proyectos viales; desarrollar manuales de inspección de daños post evento, y actualizar el Volumen N°1, de manera que forme parte de la filosofía del desarrollo y preservación del patrimonio vial del país.
“Debe considerarse además, la importancia de diferenciar el tratamiento del riesgo en el Manual de Carreteras de Chile, según la zona del país debido en parte a su variabilidad climática y geográfica”, advierte Echaveguren.