El 69% de las comunas de Chile, en las que habita el 75% de toda la población del país, fueron afectadas por el segundo sismo más grande jamás registrado en territorio chileno: el terremoto del 27 de febrero de 2010, cuyo epicentro se situó en Cobquecura en la Región del Biobío. Esa madrugada, un terremoto de 8,8 (Mw) y posterior tsunami sacudieron fuertemente a las regiones del Maule, Biobío, Valparaíso, Metropolitana y Araucanía.
Este evento causó 521 muertos, 46 desaparecidos y daños importantes en edificaciones e infraestructura crítica, lo que se tradujo en pérdidas socioeconómicas cuantiosas. Además, la falla sistémica del Estado en proveer una alerta efectiva de tsunami a la población, desnudó las carencias que tenía el país en relación al conocimiento e investigación en este tema. Luego de esto invirtió en estudios, proyectos de investigación, y planes de preparación y reconstrucción.
Entre las ciudades costeras más dañadas en 2010 se encuentra Dichato, de alrededor de mil habitantes, situada al sur del epicentro, y que sufrió la destrucción de viviendas e infraestructuras cercanas a la costa y el estuario. Estudios posteriores al megasismo, muestran que la inundación por tsunami alcanzó profundidades de ocho metros y el agua penetró desde la costa hasta unos 1,3 kilómetros tierra adentro. Esto llevó al gobierno a plantear y construir obras mitigación de tsunamis para reducir el impacto futuro de ellos. Estos incluyeron un muro rompeolas de hormigón armado de baja altura y la canalización del estuario de Dichato en su desembocadura.
Obras de mitigación
“En Chile no existían estudios sobre los potenciales beneficios asociados a la implementación de obras de mitigación por tsunami, por lo tanto, implementamos una metodología para estimar, por un lado el impacto directo de los daños por la inundación del tsunami de 2010 y, comparamos la predicción de daños con y sin la nueva infraestructura de mitigación en Dichato”, explica Rodrigo Cienfuegos, director de CIGIDEN, académico de Ingeniería UC y uno de los autores del estudio.
Publicado en la revista Natural Hazards, el estudio llamado “Ex post analysis of engineered tsunami mitigation measures in the town of Dichato, Chile”, fue elaborado, además, por los investigadores Maximiliano Oportus (tesista de magíster Ingeniería UC), Rafael Aránguiz (académico de Ingeniería de la UCSC), Matias Hube (académico de Ingeniería UC), Patricio Catalán (académico de Obras Civiles de USM), Alejandro Urutia (CIGIDEN) .
Según informes del Gobierno Regional de Biobío, más de 1200 familias informaron de daños en sus propiedades y aproximadamente el 80% de las estructuras construidas expuestas fueron arrastrados. “Este nivel de daños puede explicarse por la existencia de casas de madera, que fueron incapaces de resistir las grandes profundidades y velocidades de inundación generadas por el tsunami. Los daños también fueron inducidos por los escombros sueltos incluyendo los botes que chocaron contra las estructuras”, señala Matías Hube, profesor del Departamento de Ingeniería Estructural UC.
Simulación de tsunamis
El costo de las obras de mitigación realizadas en Dichato fueron del orden de los 6,8 millones de dólares. Por otra parte, cinco vecindarios fueron reubicados ya sea en áreas más altas o en casas sobre pilotes al norte de la bahía. Adicionalmente, se establecieron restricciones a la construcción en la zona costera, permitiendo actividades relacionadas con el comercio y turismo en el sector aledaño a la costa de la ciudad. En esta zona, también hay un parque de mitigación, que consiste en árboles plantados en todo el borde costero, pero su construcción no comenzó hasta 2015.
Para realizar el análisis, el equipo de investigadores utilizó modelos de simulación de tsunamis de última generación y de alta resolución, para evaluar por un lado el impacto del tsunami de 2010 y, por otro, la reducción de los daños con las obras mitigación de tsunamis. De acuerdo a Rodrigo Cienfuegos, los resultados obtenidos muestran una reducción de la inundación y un retraso en los tiempos de llegada de las primeras olas de tsunamis (más pequeñas), pero una reducción de daños marginal cuando se enfrentaron a las olas más grandes.
Si bien el nivel de reducción de daños directos frente a un escenario como el del 27F es muy limitado, el estudio destaca el que el aspecto más relevante de la mitigación corresponde a un retraso en los tiempos de llegada de las primeras olas del tsunami, ya que la zona de inundación de “la segunda ola” se reduce a aproximadamente el 40% en presencia del muro y el canal.
Retrasar la inundación
“Por lo tanto, explica el académico del Departamento de Hidráulica UC, el tiempo disponible para llevar a cabo una evacuación en la zona situada en las proximidades del río se incrementaría aproximadamente en una hora en un escenario como el vivido el 27F. Sin embargo, esta infraestructura es incapaz de frenar las olas más grandes que llegaron más tarde por lo que el daño resultante es prácticamente el mismo”.
En conclusión, agrega el experto, las medidas de mitigación de los tsunamis realizadas en Dichato, no habrían sido eficaces para reducir el impacto del tsunami generado por el terremoto de Maule en la ciudad, pero podría tener beneficios al retrasar la inundación de tsunamis más pequeños en las zonas más bajas.
“Esto último, asegura Cienfuegos, sugiere que estos trabajos podrían ser útiles para mitigar los efectos de marejadas y tsunamis de escalas mucho más pequeñas que la que golpeó el centro-sur de Chile el 27F. Sin embargo, pueden tener externalidades negativas en el funcionamiento de la playa (erosión), algo que habrá que observar en el tiempo”.