Daniel Aldrich, profesor e investigador de Northeastern University –invitado a Chile por CIGIDEN– y monitores de TECHO , desarrollaron un taller participativo con mujeres dirigentes de asentamientos informales de Lampa, Talagante y San Bernardo para fomentar la resilencia de sus comunidades frente a desastres de origen natural.
Lampa, San Bernardo y Talagante tienen en común tener asentamientos informales que cuentan con una organización y coordinación liderada por mujeres. Fueron justamente ellas, las que participaron de un taller formativo de líderes en gestión de riesgo de desastres, realizadas por Techo-Chile y CIGIDEN.
La capacitación contó con la presencia del investigador CIGIDEN y académico de la Universidad Massachusetts, Gonzalo Bacigalupe, y el invitado internacional Daniel Aldrich de la Northeastern University, que ha desarrollado investigación en resilencia y comunicación El expuso para la comunidad asistente, sobre los estudios y desafíos en torno al manejo de los desastres de origen natural y la importancia de la participación ciudadana en la preparación, gestión del riesgo y capital humano.
El miedo a los desastres
Para Amalia Llabul –dirigente social en San Bernardo– y para sus vecinas y vecinos del campamento que lidera, los terremotos no son la principal preocupación, a pesar de que somos uno de los países más sísmicos de mundo: “En los campamentos las media aguas son de material ligero, es decir, son construidas con cartón, fonola y nylon, todo tremendamente combustible. Por eso nosotros le tenemos miedo al fuego más que a cualquier cosa, porque si se quema una casa, se nos queman todas”, confiesa Amalia.
La misma inquietud se refleja en las dirigentas, Eduvina Morales y Cynthia Orellana, del campamento Talagante sin Fronteras, quienes reconocen la necesidad de capacitarse en riesgo de desastres. “Para nosotras es urgente saber cómo preparar a nuestros vecinos y tener un plan organizado cuando ocurra una emergencia”, explica.
“Frente a un desastre de origen natural, las comunidades con fuertes lazos sociales son aquellas donde más población se salva, en comparación a aquellas que han desarrollado relaciones más individualistas. Y esto no es altruismo, es una demostración científica: la cohesión social es lo que salva más vidas frente al desastre”, asegura Daniel Aldrich.
¿Por qué? pregunta Karina Hernández, dirigente de campamentos en Lampa. Aldrich responde: “porque el trabajo comunitario crea lazos y esos lazos, confianza. La gente confía en sus vecinos y líderes sociales, y si ellos les avisan de algún peligro, tienen plena confianza de que esa alerta es real. Se ayudarán para evacuar hacia un lugar seguro o para accionar un plan de contingencia. Pero también ayudarán a aquellos que no puedan movilizarse por su propios medios”, plantea el experto.
Una comunidad con lazos, agrega Aldrich, regresará incluso por aquellos que no han podido evacuar a tiempo y, luego pasada la emergencia, reconstruirán en conjunto más rápido y de formar organizada”. Daniel Aldrich, relevó es distintas ocasiones la importancia de la capacitación de dirigentes sociales en riesgo de desastres.