El riesgo de las ciudades costeras por el aumento del nivel del mar, vastas zonas de tierra desertificada, inseguridad alimentaria, sequías, sobrepoblación, inundaciones por eventos extremos, aumento de temperaturas insoportables para la vida humana y de las especies, multiplicación de mega incendios forestales, colapso de los ecosistemas por la extinción de especies y pérdida de biodiversidad. Estos son solo algunos de los múltiples efectos de la acción del hombre en el planeta y que algunos autores llaman Antropoceno.
¿Qué hacer ante los crecientes desastres socionaturales, considerando que el «sujeto» de la acción (el hombre) y la libertad moderna son parte fundamental del problema? El doctor en ciencias sociales e investigador CIGIDEN, Andrés Pereira, nos invita a reflexionar en torno a los desastres y repasa una serie de narrativas globales y latinoamericanas a modo de respuesta en el artículo “Del desastre planetario: el Antropoceno y su pregunta política”, publicado en el revista «Dilemas contemporáneos: Educación, Política y Valores”.
“Para pensar la relación entre política y desastres de manera radical, a diferencia de otras discusiones, no puede sino convocarse a todas las ciencias del conocimiento humano, y ciertamente, conocimientos y saberes más allá de las ciencias”, plantea el autor en relación a lo que define como “una situación inescapable y límite para la humanidad tal como la hemos conocido y comprendido hasta hoy: el Antropoceno”
El Antropoceno
El Antropoceno, según explica en el artículo, se refiere a una categoría geológica inventada por el químico atmosférico Paul J. Crutzen y el biólogo Eugene Stermer en el 2000, para referirse a una nueva era en la medida de tiempo geológico que marca el fin del Holoceno. Esta etapa se habría extendido desde el fin de la glaciación hasta nuestros días, habilitando las condiciones geofísicas que permitieron la aparición del Homo sapiens, el desarrollo de la agricultura y el poblamiento de los distintos rincones de la Tierra, dando origen a nuestra civilización.
El cambio climático, justamente, surge en el Antropoceno generando –entre otros efectos– el derretimiento en los casquetes polares, glaciares y el aumento en la acidez de los mares. Por otro lado, señala el autor, se ha producido una sobreexplotación del uso de los suelos del planeta, sobrecargándolos con productos químicos tóxicos, además de la contaminación de las aguas, el extendido agotamiento de ríos, lagos y napas subterráneas, alteradas en sus ciclos continentales por el drenaje de las zonas húmedas del planeta y por las decenas de miles de centrales hidroeléctricas que retienen más del 15 % de los flujos de los ríos en todo el planeta”.
Problemas biofísicos y geológicos
Según Pereira, la invención del Antropoceno como categoría habría llegado tarde en relación a lo que anuncia: “Cuando la geología y otras ciencias ya discutían en torno a estos problemas biofísicos y geológicos del planeta, en el campo de las ciencias sociales y de las humanidades recién se establecía la agenda sobre la ‘globalización’”. De hecho –sostiene– la alarma sobre el posible y cercano colapso ecológico ya había sonado a principios de los años setenta con el informe del MIT y el Club de Roma, mismo año que se desarrolló la Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, conocida como Conferencia de Estocolmo.
El investigador también reconoce en su paper que otro factor del desastre planetario es el aumento exponencial de la población humana, que ha crecido más de 8 veces desde 1750, con una impresionante tasa anual de demanda de recursos y servicios ecológicos. “Esto excede todo lo que la Tierra puede regenerar año a año, lo que se conoce como ‘sobregiro ecológico’”, puntualiza.
Ante la magnitud del fenómeno que enfrentamos y el terror filosófico paralizante que suscita, el horizonte de imaginación de los relatos dominantes se ha visto reducido a dos opciones, destaca el autor: “un mundo sin nosotros”, que implicaría la desaparición de nuestra especie de la faz de la tierra o un “nosotros sin mundo”.
Para responder a la pregunta ¿qué hacer ante el desastre planetario?, Andrés Pereira presenta un repaso en torno a algunas de las narrativas y propuestas de pensamiento político en torno al Antropoceno, donde considera las reflexiones de autores del panorama global como Latour, Haraway, Stengers y a nivel regional, se refiere a Svampa, Ulloa, Valentim y Danowski, entre otros.