Chaitén, erupción volcánica 2008

Deslice la barra negra sobre la imagen

¿Qué ocurrió?

La última erupción del volcán Chaitén, antes de 2008, había ocurrido nueve mil años atrás. Por lo tanto, popularmente la gente no sabía que el Chaitén era un volcán, más bien era conocido por ser un cerro pequeño que la gente usaba para paseos familiares. Por esta razón, la erupción del 2 de mayo de 2008 fue sorpresiva y violenta, y una de las mayores erupciones en los últimos 30 años en el mundo. Esta tuvo explosiones de material volcánico sólido, lo que sumado al clima lluvioso de la zona, cantidad de cenizas acumuladas por algo más de dos semanas, nieve y lo que arrastró el río, provocaron que grandes lahares (aluviones volcánicos) arrasaran con gran parte de la zona poblada de Chaitén. La columna eruptiva –chorro de gas que anuncia una erupción– se elevó por sobre la cordillera de los Andes y, debido a la dirección predominante del viento, las cenizas llegaron a Argentina e incluso hasta la costa atlántica.

¿Consecuencias del desastre?

La situación del poblado de Chaitén frente a la ocurrencia de lahares o aluviones volcánicos e inundaciones, que suelen afectar primordialmente el cauce del río Blanco en cuya desembocadura se encuentra la zona urbana, es particularmente riesgosa. Por lo tanto, Chaitén es una de las localidades más expuestas a nivel nacional por encontrarse a solo 12 km de un volcán activo, que dada su configuración geológica, es propenso a la generación de erupciones explosivas.


El nivel de riesgo específico asociado a este volcán es consecuentemente alto y tal condición debería considerarse en la planificación territorial. Sabemos que el Chaitén es un volcán activo que puede volver a despertar y, se descubrió, además que forma una especie de “tapón de lava”, que hace que la energía se acumule en el tiempo, lo que provoca que a futuro vuelva a tener una erupción explosiva y efusiva, al no tener lo que llamamos desgasificación pasiva (gas volcánico, fumarolas).


¿Qué hace la ciencia de la Gestión del Riesgo de Desastre?

A raíz de la erupción volcánica del Chaitén, el gobierno de turno decidió crear la Red Nacional de Vigilancia Volcánica y el Programa de Riesgo Volcánico, que operan en Sernageomin desde 2009. Por lo tanto, este volcán cuenta hoy con cámaras remotas, sismógrafos, sensores remotos y muestreo periódico en el lugar.


En CIGIDEN, en tanto, este volcán estará incluido en la plataforma de vigilancia satelital de volcanes llamada Volcanoms, que permite monitorear el volcán de manera remota. Además, el grupo de vulcanólogos de CIGIDEN - Ckelar realiza análisis y simulaciones de generación de lahares o aluviones volcánicos y cómo éstos pueden afectar el flujo del río Blanco, y las laderas de montañas aledañas al volcán. La investigación volcánica usa imágenes satelitales, porque ayudan a identificar en tiempo real o en etapas temporales, la evolución de los cauces del río, si estos están obstruidos y que pudieran, por ejemplo, generar que los lahares tomarán otras vías para bajar valle abajo y provocar destrucción de la infraestructura crítica, entre otros impactos.

Fuente científica


Gabriel Ureta, doctor en Geología, investigadora CIGIDEN y Ckelar Volcanes UCN.

Luis Lara, doctor en Geología, investigador CIGIDEN y Sernageomin.