El segundo conversatorio CIGIDEN se realizó con éxito de público, quienes compartieron las presentaciones de representantes de CEPAL, Sernageomin y la Municipalidad de Talcahuano, más la intervención de los investigadores CIGIDEN, Manuel Tironi y Francisco Molina.
¿Cómo incorporar el conocimiento local en las políticas de reducción de riesgo de desastres? Esta fue la invitación que realizó un equipo de investigadores de CIGIDEN a representantes de CEPAL, Sernageomin y la I. Municipalidad de Talcahuano. ¿El resultado? El Segundo conversatorio CIGIDEN que convocó en el MAVI a más de 60 personas de los más diversos espacios de la sociedad: instituciones públicas, académicos, estudiantes y ONGs.
Manuel Tironi, sociólogo UC e investigador principal del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres, CIGIDEN, comenzó el conversatorio entregando el contexto del desafío de un país como Chile, de incorporar la mirada, la experiencia y la visión ancestral de aquellas localidades que se han visto enfrentadas históricamente a riesgos de desastres, en las decisiones que se tomen desde el Estado.
Desde la perspectiva de la institucionalidad pública, el director nacional de Sernageomin, Mario Pereira, fue enfático en recalcar que incorporar el conocimiento local en las políticas de reducción de riesgo de desastres no es fácil de abordar y que es un tema que está recién empezando en el país. “Se trata de políticas de largo plazo de las cuáles recién veremos resultados en los próximos 10 años, pero debemos perseverar en incorporar la mirada local en las decisiones país, porque forma parte de la tan esperada descentralización», afirmó el director.
Comunidades resilientes
Boris Sáez, jefe de la Oficina de Gestión Integral de Riesgo de Desastres de la I. Municipalidad de Talcahuano, comentó que el trabajo que hacen desde el terremoto y tsunami de 2010 en la ciudad, esta orientado en desarrollar una comunidad resiliente y preparada para eventos naturales. “Porque la reducción de riesgos, agrega, no debiera ser un objetivo sino una acción desde la institucionalidad pública, donde deben intervenir todos los actores y principalmente la comunidad”.
El representante de la municipalidad, compartió algunas experiencias con las que han trabajado con escolares, profesores y juntas de vecinos, en torno al conocimiento y preparación de los eventos naturales: «La gente de Talcahuano convive periódicamente con los terremotos, tsunamis, incendios y eventos hidrometeorológicos, una realidad que no ocultamos sino que enfrentamos», recalca Boris Sáez.
De acuerdo a Valentina Torres, oficial de asuntos económicos de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de CEPAL, las comunidades locales van a estar siempre enfrentadas a amenazas naturales. “Estamos hablando de un riesgo de desastres que afecta a poblaciones más vulnerables porque se asientan en espacios de riesgo, pero sabemos que no es una elección sino que es producto de la pobreza en la que se encuentran”, asegura la experta.
Sociedad informada y preparada
La mejor estrategia para enfrentar el riesgo de desastres es una sociedad más informada y preparada, plantea Valentina Torres: “El Principio 10 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, habla sobre desarrollar e implementar un sistema de alerta temprana y la importancia de divulgar de forma inmediata y por los medios más efectivos, toda la información relevante que permita al público tomar medidas para prevenir o limitar eventuales daños”.
Además, agrega la oficial de CEPAL, en el artículo sobre participación pública en el proceso de toma de desiciones se señala, en su párrafo 13, que cada parte promoverá la valoración del conocimiento local, el diálogo y la interacción de las diferentes visiones y saberes. Estos elementos que se recogen en este nuevo tratado ambiental son coherentes con aquellos que están incorporados en el marco de Sendai de la ONU (2015-2030) para la reducción de riesgo de desastres.
Finalmente el sociólogo Francisco Molina, hizo una breve intervención enumerando aquellas ideas que conformaron el debate del segundo conversatorio: Comunidad resiliente, autonomía de las comunidades en torno a los desastres, condiciones estructurales que están tras los desastres, y el cruce de la vulnerabilidad social y vulnerabilidad ambiental; planificación, estrategia y coordinación de todos los actores para enfrentar las amenazas naturales, acceso a la información y participación ciudadana en las acciones para reducir el riesgo de desastres naturales y la re-significación de aquellos conceptos en torno a los desastres que generar cambios en la aproximación de la comunidad a estos tema.