De acuerdo a Carolina Martínez, investigadora de Cigiden, cuando los humedales costeros se degradan debido a las actividades económicas de alto impacto, pierden sus funciones ecosistémicas y su alto endemismo. “Por lo tanto, las especies vegetales y fauna asociada sean reemplazadas por especies introducidas o simplemente se pierda su cobertura vegetal, dejando vulnerable la costa por ejemplo a un tsunami. La ola por lo tanto, avanza hacia la costa se introduce por el cuerpo de agua generando mayor propagación y con ello daños, sin tener el efecto de disipación que efectúa la vegetación adaptada al humedal”, explica la científica.