Desde el 13 y hasta el 17 de marzo, la investigadora del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), la Dra. Rayana Palharini, participó en el taller regional sobre problemáticas del clima y medio ambiente para la salud en las Américas, que se llevó a cabo en San Martín de Los Andes, Argentina.
La científica, lideró el único proyecto que representó a Chile en dicha instancia, denominado: «Cambio climático e impactos en la salud: Factores climáticos, calidad del agua y enfermedades infecciosas en Chile».
Esta investigación presenta antecedentes entregados por la Organización Mundial de la Salud, que señalan que entre los años 2030 y 2050, el cambio climático causará unas 250.000 defunciones adicionales al año, de las cuales 48.000 serán por enfermedades diarreicas.
“En los últimos años, la población chilena se ha visto gravemente afectada por patógenos presente en agua y alimentos contaminados causantes de enfermedades diarreicas como la Escherichia coli, Shigelosis y Salmonelosis, entre otras”, explica la investigadora CIGIDEN y MICROBR (Núcleo Milenio de Resistencia a Antimicromianos). Además, el estudio indica que el uso de agua de riego contaminada se ha identificado como una posible causa de brotes de enfermedades asociados al consumo de productos agrícolas y a la exposición de comunidades vulnerables a aguas contaminadas.
Clima extremo
Según la experta, si consideramos que existen varios asentamientos informales a lo largo del río Maipo (fuente que abastece aproximadamente el 90% de la demanda de agua en la Región Metropolitana) y al mismo tiempo, tenemos en cuenta que estos grupos humanos no tienen acceso a servicios básicos de agua potable y alcantarillado, la factibilidad de que los patógenos puedan llegar al agua y a los alimentos por diversas vías, se incrementa, incluyendo filtración de depósitos de agua contaminada por humanos, animales, fenómenos de origen natural y desbordamientos de aguas residuales, Asimismo, la científica advierte que las precipitaciones y temperaturas extremas, también son un factor importante para la sobrevivencia de patógenos en las aguas superficiales.
“El objetivo de nuestra propuesta es comprender la influencia de los factores climáticos extremos en la calidad de agua superficiales mediante el análisis y combinación de distintos tipos de datos, incluyendo imágenes ópticas satelitales, muestras de agua, metadatos ambientales y antropogénicos de los ríos Maipo y Mapocho, y datos de vigilancia epidemiológica”, señaló Palharini.
Colaboración internacional
Según la experta de CIGIDEN, su paso por Argentina, fue una oportunidad “única”, que le permitió abrir nuevos puentes de colaboración, ya que en sus palabras, “la transdisciplina permite expandir la investigación más allá de la academia, ya que con las redes de colaboración creadas acá podemos llegar a los tomadores de decisiones», afirmó.
En efecto, el objetivo del taller fue fortalecer una comunidad regional en torno al estudio del clima, medio ambiente y salud, considerando a los investigadores y funcionarios gubernamentales de diversos países de América.
Entre los asistentes, destacan los representantes políticos del Ministerio de Salud de Argentina, la Organización Panamericana de la Salud (PAHO), la Organización Meteorológica Mundial (WMO), la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN), el Centro Regional de Clima para el Sur de América del Sur (CRS-SAS), el Instituto de Meteorología e Hidrología (CIMH), el Organismo Andino de Salud y la Comisión InterGubernamental de Salud, Ambiente y Trabajo del Mercosur (CISAT).
El taller fue organizada por el Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global (IAI), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Consorcio Mundial de Educación sobre el Clima y la Salud (GCCHE) con sede en la Universidad de Columbia, EEUU, y el Ministerio de Salud de la Provincia de Neuquén-Argentina.