“Gobernanza del agua y desastres socionaturales: conflictos y consensos” fue el nombre de este último coloquio, que se llevó a cabo el pasado 16 de noviembre y donde el investigador CIGIDEN y economista, Luis Maldonado, presentó los resultados de su proyecto Fondecyt “Actitudes sobre cambio climático y desastres socionaturales: Resultados de encuestas”.
Esta investigación abordó las actitudes de las personas hacia el despliegue de los tomadores de decisión frente al cambio climático y los desastres socionaturales, con un enfoque especial sobre la gestión hídrica y se focalizó en dos temas: La disponibilidad a pagar por mejoras en el servicio de agua potable en caso de eventos extremos climáticos y una encuesta aplicada entre mayo y junio de 2022.
Los resultados indican que las personas tienen poca confianza en las instituciones estatales en torno a la administración del recurso hídrico y en quienes más confían es en Bomberos y no así en el Gobierno.
Al respecto, la socióloga e investigadora CIGIDEN, Magdalena Gil, se refirió a los conflictos que se desarrollan alrededor de la gestión del agua, asegurando que hoy “podemos apreciar que, todos los conflictos en el planeta tienen un componente asociado a la energía o al agua”. La académica de la Escuela de Gobierno UC, también indicó que “esto significa que el cambio climático no es un problema más al que se enfrenta la sociedad, sino que afecta lo político, lo económico y los problemas de género e infancia”, recalcó.
Tendencia política y GRD
Por su parte, Giancarlo Visconti, profesor asistente en ciencia política en Penn State, aportó a la reflexión con un análisis sobre la percepción de las y los ciudadanos sobre quienes ocupan cargos públicos y tomar decisiones.
“Las actitudes políticas, en particular la ideología, afectan nuestras percepciones y nuestro comportamiento relacionado con los desastres y el cambio climático” expuso el investigador. “Lo que hacemos desde la ciencia política, es ver cómo los desastres afectan la política”, dijo.
Visconti describió tres grandes hallazgos. Primero, sugirió que las personas siempre van a castigar al candidato incumbente después de un desastre y verán en las elecciones una oportunidad para canalizar su frustración y el enojo que se produce con el sistema político, después de un desastre.
“Hay un segundo tipo de argumento, que se focaliza en las performance que va a tener la o él tomador de decisión, tratando de mitigar las consecuencias de desastres y por último, hay un tercer argumento, donde el desastre se ve como una oportunidad para aprender sobre las y los políticos, ya que al ser eventos únicos, entregan mucha información a los ciudadanos sobre la calidad de políticos y/o la capacidad que tiene el Estado para resolver problemas graves y urgentes”, señaló.
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