“El desastre de la pandemia en las comunas de la RM, solo se detendrá con recursos económicos y no con policías controlando la movilidad. En CIGIDEN decimos que no existen los desastres naturales, sino que hay amenazas naturales como terremotos, inundaciones y también pandemias, por lo que es nuestra responsabilidad como comunidad evitar que esos eventos se transformen en desastres”, Así lo plantean, Constanza Fosco y Felipe Zurita, ambos investigadores de CIGIDEN.
Los expertos, recientemente publicaron una columna en el medio digital CIPER Académico, donde estimaron los riesgos de salud y económicos a los que están expuestos los trabajadores de la Región Metropolitana, según su situación laboral y considerando el actual contexto de pandemia por Covid-19 y confinamiento. De acuerdo al estudio, los trabajadores que estarían más expuestos a riesgos de salud son aquellos que cumplen funciones esenciales y/o no pueden realizarlos de manera remota. También están en riesgo, aquellas personas que no cuentan con un trabajo estable y deben salir a diario a la calle para conseguir ingresos.
En efecto, los investigadores calculan que un 28% de las personas que habitan la Región Metropolitana corresponde a trabajadores que desempeñan labores esenciales, situación que dificulta frenar el contagio del coronavirus, dada su movilidad. Además, estas personas no viven en todas las comunas en igual proporción. “Hay comunas en que estos trabajadores que deben salir a pesar de la pandemia son mayoría y también otras en que representan una minoría y esto significa que habrá comunas en las que será más difícil contener la epidemia que en otras”, comenta el doctor y magíster en Economía de la Universidad de California y académico de Economía UC, Felipe Zurita.
Cuarentena y financiamiento
Asimismo, agrega la doctora en Economía Cuantitativa en la Universidad de Alicante e investigadora asociada de GISC, España, Constanza Fosco, que “en caso de privación, lo más probable – y natural- sería que la gente intente trabajar, aceptando la posibilidad de contagio y de sanciones. Por esta razón, las comunas con un riesgo económico alto, debieran considerarse también con un riesgo de salud elevado. La cuarentena salva vidas, pero requiere financiamiento”, indicó.
Los microempresarios, los trabajadores por cuenta propia, aquellos que no tienen contrato o los que tienen uno a plazo fijo, junto a quienes proveen servicios domésticos, son las personas más vulnerables a sufrir un riesgo económico. “El riesgo económico, es un segundo indicador que creamos para representar las potenciales pérdidas o costos que podrían experimentar los trabajadores durante una cuarentena, porque no pueden trabajar o enfrentan a la probabilidad de perder su empleo”, explica Zurita.
Para estimar cuántos trabajadores estarían en cada situación –tanto en riesgo de salud como económico– y en un contexto de confinamiento total en la Región Metropolitana, los investigadores cruzaron datos relativos a la descripción del Instructivo para Permisos de Desplazamiento del 25 de marzo de 2020, las Estadísticas de Empresas por Comuna y Actividad Económica, 2018, del Servicio de Impuestos Internos, la Encuesta Nacional de Empleo de diciembre de 2019 y la Encuesta Suplementaria de Ingresos de diciembre del 2018, ambas encuestas del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Clasificación introspectiva
“A falta de información directa, hicimos una clasificación introspectiva de la capacidad de trabajar de manera remota, para cada ocupación contemplada en la encuesta. La clasificación es generosa, en el sentido de que asume que todos los individuos sin impedimento técnico para trabajar remotamente, tienen también los medios tecnológicos y ambientales para hacerlo, como un buen servicio de Internet, un computador y una organización con la que interactuar de este modo”, explica la doctora Fosco.
Los resultados del estudio indican que solo un 33% de los ocupados puede trabajar de manera remota, mientras que el el 67% restante debe salir para trabajar. Por otra parte, un 40% pertenece a una industria calificada como esencial, donde la labor puede realizarse de manera remota o presencial. “Por ejemplo, en la industria de alimentos – que es esencial – un director puede trabajar remotamente, mientras que el operario no”, explica Felipe Zurita.
Sumando los que pueden trabajar de manera remota y/o que pertenecen a un sector esencial, un 61% de los trabajadores mantendría su trabajo habitual. El resto, un 39%, serían los trabajadores impedidos de trabajar en una cuarentena total, es decir, aproximadamente 1,6 millones de personas.
Por otro lado, el estudio también advierte que el grupo de trabajadores que pierden su ingreso, junto con su trabajo corresponde a un 18% y se trata de los trabajadores vulnerables que no pueden trabajar remotamente ni desarrollan una actividad esencial. La suma de sus ingresos perdidos es un 11% del ingreso total estimado de los trabajadores de la Región Metropolitana.
Riesgo económico y de salud
En resumen, los datos sugieren que de diez trabajadores, aproximadamente dos estarían protegiendo su salud a costa de perder su ingreso; tres estarían trabajando presencialmente en actividades esenciales arriesgando su salud y el resto podría cuidar su salud y colaborar en la prevención de la transmisión del virus, sin arriesgar su sustento. La Pintana, Pedro Aguirre Cerda, Paine, Curacaví, San Pedro y Peñaflor son las comunas con mayor riesgo de salud y económico, mientras que La Reina, Las Condes, Macul, Ñuñoa, Peñalolén, Providencia y Santiago presentan el menor riesgo en ambos indicadores.
“A la luz de esta información, creemos que el bien público que se persigue por medio del confinamiento no se puede obtener a un costo razonable si no se acompaña de un financiamiento fuerte para mitigar el riesgo económico – que repercute también en la salud – así como con protocolos sanitarios estrictos para disminuir directamente el riesgo de salud”, señalan en la columna Ciper.